12 nov 2010

Sin empleo, no hay futuro.


Es difícil comprender que después de pasar más de tres años y medio, en nuestra localidad aún no tenemos ni el más mínimo atisbo de las grandes mejoras industriales prometidas en campaña, así como el resurgimiento del comercio isleño que por entonces nos advinieron. Además hemos visto como durante estos años la pesca tras las medidas contradictorias de la Ex Directora General de Pesca, María Luisa Faneca, durante su mandato ha decrecido y tenemos un caladero esquilmado, en parte por esa mala gestión, en la cual solo se preocupo de captar votos y adeptos, tomando medidas fáciles y populistas, pero contraproducentes a lo largo del tiempo, tal y como estamos comprobando hoy en día.

Nuestro caladero necesita de medidas enérgicas y urgentes, unidas a apoyos al sector, para que pueda soportar la situación. Pero a su vez nuestro pueblo necesita de fomentar un sector industrial y turístico, que pueda asimilar el excedente de mano de obra de la mar.

Y es ahí donde no se ha hecho nada, se nos prometió inversiones, polígonos industriales que al final se han quedado en un mini proyecto de lo que se nos vendió y que aún no ha arrancado, accesos rápidos a la autopista internacional, ¿donde están esos nuevos accesos?, ¿donde está ese CTI? Se nos decía entonces que habría un impulso de la industria y el comercio isleño, que se fomentaría la creación de empleo, se facilitaría el acceso a terrenos y naves industriales y sobre todo que se crearían industria de transformación de productos pesqueros o de comercialización de los mismos, para aprovechar el valor añadido de nuestra materia prima principal.

Va camino de los cuatro años y los isleños, observamos impávidos como nuestro tejido industrial no solo no crece, sino que mengua alarmantemente, vemos como siguen cerrando nuestros comercios, y sobre todo asistimos descorazonados a como esa materia prima excelente, que es nuestra pesca, se la siguen llevando a precio de saldo, para una vez tratada conseguir una plusvalía más que interesante y lo peor, es comprobar como va creciendo la nómina de empleados municipales mientras que en algunos departamentos ya no hay ni siquiera papel higiénico.

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