Aunque se quiera edulcorar de múltiples formas; aunque se la quiera llamar de otras mil maneras ‘políticamente’ correctas que disfrazan la realidad, la verdad es así de dura: la situación es de emergencia y se necesitan soluciones drásticas y de manera inmediata. Estamos hartos de oír a nuestros responsables políticos frases vacuas tales como ‘estamos atravesando una situación difícil’ (pero no estoy dispuesto a reconocer mi parte de responsabilidad), ‘necesitamos la colaboración de todos’ (pero no quiero la ayuda de nadie, solo la posibilidad de repartir a conveniencia las responsabilidades en caso de que algo salga mal), ‘nosotros tenemos las respuestas a estos problemas’ (problemas que en muchos casos, ellos mismos han creado y que no son capaces de resolver en la actualidad pero que ¡oh sorpresa!, por arte de la magia de otros cuatro años de poder (su único objetivo), sí que van a saber resolver tras las próximas elecciones; como si el poder fuera una nueva receta de bálsamo de Fierabrás curalotodo. Pues bien, lo único que desean (y a las pruebas nos remitimos) es continuar en el poder; sin un ápice de autocrítica y sin ninguna intención de resolver los problemas reales de nuestros paisanos, para los que han demostrado sobradamente no estar preparados ni académica, ni moralmente.
Nos hace gracia la última y ‘novedosa’ táctica de los actuales mandatarios ‘Psoenses’ al acusar al grupo candidato del PP de ser ‘novatos’ en esto de la política y que, por tanto, no estarían preparados para conducir los designios del ayuntamiento. Lo dicen como si les avalara una serie de logros increíbles y no una desastrosa y dañina labor municipal. Este razonamiento es la clave de todo su pensamiento: la política es un oficio, es su oficio y solo ellos son capaces de dirigir el cotarro. O sea, ellos nunca fueron novatos; nacieron ya políticos, son los salvadores y nos hacen un favor ocupándose de nuestros asuntos, sacrificándose por el bien público y privando a decenas de empresas privadas de sus mayúsculos conocimientos acerca de las más diversas áreas; ellos prefieren el ayuntamiento donde de forma altruista, realizan su desinteresada labor cobrando tan solo un salario testimonial, comparable al de cualquier ciudadano. Todo sea por ayudar al pueblo. ¡Venga ya! La demagogia iletrada al poder.
El verdadero razonamiento sería: ‘ustedes han demostrado en estos cuatro años que no saben mejorar la situación actual, llenos de guerras internas y que ‘de facto’, estamos peor que antes. Dejen paso por tanto, a nuevas ideas y a nuevas personas, que, a ser posible, no tengan los déficit democráticos e intelectuales del pasado y que no les importe las próximas elecciones sino las próximas generaciones’.
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