24 nov 2011

El sector de la chirla exige rebajar la talla mínima para rentabilizar las empresas


La movilización de ayer del sector de la chirla terminó en desalojo tras seis horas de protestas entre la Delegación del Gobierno andaluz en Huelva y la de Agricultura y Pesca. Un grupo de medio centenar de personas trató de forzar una reunión urgente con la directora general de Pesca, Margarita Pérez, quien rechazó recibirles de inmediato y ofreció mantener una reunión con los representantes de Huelva el lunes. "Necesitamos una solución ya, porque llevamos mucho tiempo perdiendo dinero", fue el argumento que utilizaron los pescadores para intentar que el encuentro fuera inminente. Ante la negativa hoy habrá más movilizaciones. Desde el martes un centenar de barcos con draga hidráulica están amarrados a puerto, en Punta Umbría, Isla Cristina y Lepe, a los que también se han sumado los de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz.

La principal reivindicación de los armadores es que la Junta de Andalucía flexibilice la talla mínima de las capturas y la rebaje a 24 milímetros en lugar de los 25 actuales. Afirman que la talla legal de la chirla venía siendo tradicionalmente de 24 milímetros "porque es lo que suele medir el molusco en este caladero" y, sobre todo, en invierno, que es cuando más cuesta encontrar ejemplares más grandes, de más de 25 milímetros. El colectivo, que se concentró primero ante la Delegación del Gobierno andaluz en Huelva, enseñó al delegado Manuel Alfonso Jiménez un póster informativo de la Junta de Andalucía en el que se recoge la talla mínina autorizada de varias especies, entre ellas la de la chirla a partir de 24 milímetros. El portavoz de los armadores de Punta Umbría, Rafael Núñez, justificó que la chirla de la costa onubense es más redonda y los biólogos consideran que se alcanza la madurez a partir de los 20 milímetros, dos razones que, a su juicio, son de peso para dar marcha atrás en el acuerdo que la Junta logró consensuar con el sector hace años, cuando se introdujo la draga hidráulica como arte de pesca a finales de los 90.


Los armadores también piden a la Junta que se abra la zona de reserva de Doñana, la desembocadura del Guadalquivir, donde "se ha pescado toda la vida", afirman. El sector dice que la falta de actividad ha hecho que "donde se podían coger las mejores chirlas de la provincia, ahora no haya nada; ha desaparecido todo lo que había, debido a que los lodos y la contaminación del río se han ido sedimentando hasta crear una pesada capa que mata todo lo que queda debajo", explicó Rafael Núñez. Por eso, proponen que, aunque se mantengan la reserva de pesca, se establezca un calendario para que se remuevan los fondos marinos para favorecer la regeneración. Otra de las cuestiones que el sector considera imprescindible para hacer viable la pesca de chirla es ampliar el horario de faena de "5 a 7 horas. ¿Qué empresa se mantienen hoy en día con tan sólo 5 horas de trabajo?", se preguntan los armadores.


La concentración ante la Delegación del Gobierno andaluz en Huelva, entre las diez y las doce de la mañana, se realizó sin incidentes. Los representantes se reunieron con Manuel Alfonso Jiménez y a continuación comunicaron al grupo el resultado. Sobre la marcha, se decidió trasladar la protesta también al delegado de Agricultura y Pesca, Cristóbal Romero, donde si hubo altercados. Según explicaron los propios manifestantes, una vez en el vestíbulo del inmueble de la Junta de Andalucía en la calle Mozárabes de la capital, un agente de la Policía Nacional estuvo haciendo fotografías de los concentrados, acción que pidieron que cesara. La situación se tensó hasta que el propio agente respondió de forma violenta contra uno de los marineros, que esquivó un puñetazo, haciendo que el mismo agente se diera un buen golpe contra un extintor que colgaba de la pared. Hasta el punto que el policía tuvo que ser atendido en un centro sanitario de la ciudad. La escena provocó forcejeos entre los agentes y los manifestantes que finalmente quedaron en un altercado sin mayores consecuencias. En la Delegación de Agricultura, el grupo de pescadores mantuvo un encierro improvisado hasta pasadas las cuatro de la tarde, hora en la que recibieron un ultimátum para desalojar las instalaciones o ser desalojados por la fuerza.


El sector de la chirla inició el martes un amarre indefinido como medida de presión para que la Junta acceda a abrir una negociación sobre las tres reivindicaciones que consideran imprescindibles para hacer viables las empreass. La flota son casi un centenar de barcos de draga hidráulica, en su mayoría de los puertos pesqueros de Punta Umbría e Isla Cristina, aunque también hay algunos de Lepe y del puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda.

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